Shackleton, El corazón de la Antártida
Ernest Shackleton, El corazón de la Antártida
Uno especula mucho mientras marcha, pero si hay algo necesario, es la paciencia. Creo que los ponis están sintiendo el trabajo pesado de cada día de arrastrar el trineo en esta planicie. Pobres bestias: no pueden entender, por supuesto, para qué es todo esto, y la maravilla de las grandes montañas no significa nada para ellas, aunque uno las ve, por momentos, mirando la tierra distante.
(Shackleton, E. (2015). El corazón de la Antártida. Südpol)